02 diciembre 2006

Y si... es Rosario, en Argentina

Primero fueron diez minutos donde el inspector de transito busco, estirando el cuello, encontrar al conductor. Después fueron otros diez minutos de discusión y en total fueron casi veinte los minutos donde el auto estuvo en posición de hacer lento y peligroso el transito de calle Córdoba entre Italia y España un sábado al mediodia.
Y no fue un “bueno me hicieron la multa”, fue una discusión para imponerse.
No es la primera que veo. Todos los días veo alguna o soy protagonista de otras.
¿Creo que entienden cual es el verdadero problema?

Nota: hoy es la lucha de almohadas en la plaza Pringles, el lunes y tal vez mañana los medios tradicionales y los no tradicionales cubrirán seguramente ese nota de “color”, pero por convicción Absolut no lo va a hacer. Las almohadas son autos blanditos...

2 comentarios:

Diego M. Rolle dijo...

no se que odio más, si a los autos o a los automovilistas...
pero creo que en definitiva, un auto en manos de un imbécil se convierte en un arma peligrosa, y, al mismo tiempo, el auto transforma al imbécil en un energúmeno (recordás el corto de Goofy manejando un auto? nada más similar a la realidad)

Marcelo dijo...

Me estaba acordando de ese corto mientra escribia el post.